San Pelayo. SAN PELAYO (o PELAGIO), Es el mártir de la castidad en el umbral de la juventud. Patrono de los abandonados, víctimas de la tortura, Castro Urdiales, España. Muchas localidades españolas …Más
San Pelayo.

SAN PELAYO (o PELAGIO),
Es el mártir de la castidad en el umbral de la juventud.
Patrono de los abandonados, víctimas de la tortura, Castro Urdiales, España. Muchas localidades españolas y una colombiana han recibido el nombre de San Pelayo.
Ejemplo de la virtud de la castidad juvenil.
El Martirologio Romano nos proporciona este pequeño resumen: “En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Pelayo, mártir, que a los trece años, por querer conservar su fe en Cristo y su castidad ante las costumbres deshonestas (lascivas) de Abd al-Rahmán III, califa de los musulmanes, consumó su martirio glorioso al ser despedazado con tenazas (925)”.”.
Nació el año 912 en Galicia (España), en Albeos, provincia de Pontevedra, no lejos de Tuy, donde era obispo su tío paterno, san Hermogio, quien cuidó de su formación cristiana. El año 920 los árabes vencieron a los cristianos en Valdejunquera y se llevaron a Córdoba como rehenes a muchos cristianos, entre ellos al obispo de Tuy. Su hermano, el padre de Pelayo, fue a Córdoba con su hijo para rescatar a Hermogio. No fue posible llegar a un acuerdo con los árabes, y los dos hermanos volvieron a su tierra para reunir el rescate que se les pedía, mientras Pelayo quedaba en Córdoba como rehén. En la cárcel, el joven Pelayo aguantaba los castigos y el hambre y se lamentaba al ver que muchos de los que antes habían compartido con él el cautiverio pasaban a ocupar lugares de honor porque habían claudicado de su fe o habían consentido en aberraciones vergonzosas. No consiguieron los musulmanes que apostatara de su fe y abrazara la de ellos. El califa Abderramán III se sintió atraído por su figura y, al no poder doblegar su virtud, lo hizo martirizar, a los 13 años de edad, el 26 de junio del año 925. Su cuerpo fue trasladado a León, y más tarde a Oviedo, donde se venera en el monasterio benedictino que lleva su nombre.
San Pelayo, mártir padeció martirio por conservar ilesa su pureza, por lo que dijo el erudito P. Isla: «Entonces fue cuando Pelayo niño Mártir de la pureza ilustró al Miño.»

"El ejemplo y el nombre de San Pelayo fue tomado siglos después por diversas organizaciones juveniles católicas que aspiraban a forjar en sus miembros el mismo espíritu de valentía y la misma fe capaz de ser confesada incluso en las circunstancias más difíciles. Los más conocidos, los pelayos, que encuadraban a los que un día habían de formar parte del requeté".
- Oración: Señor, Padre nuestro, que prometiste a los limpios de corazón la recompensa de ver tu rostro, concédenos tu gracia y tu fuerza, para que, a ejemplo de san Pelayo, mártir, antepongamos tu amor a las seducciones del mundo y guardemos el corazón limpio de todo pecado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén