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San Buenaventura. MargaritaFoundation Tal vez no sea un nombre familiar para la mayoría de las personas, San Buenaventura, sin embargo, jugó un papel importante tanto en la Iglesia medieval como en la …More
San Buenaventura.

MargaritaFoundation Tal vez no sea un nombre familiar para la mayoría de las personas, San Buenaventura, sin embargo, jugó un papel importante tanto en la Iglesia medieval como en la historia de la Orden Franciscana. Un miembro de la facultad superior en la Universidad de París, San Buenaventura ciertamente capturó los corazones de sus estudiantes a través de sus conocimientos y habilidades académicas. Pero lo que es más importante, él capturó sus corazones a través de su amor franciscano por Jesús y la Iglesia. Como su modelo, San Francisco, Jesús fue el centro de todo: su enseñanza, su administración, su escritura y su vida. Tanto es así, que le dieron el título de "Doctor Seraphic". Nacido en Bagnorea en 1221, San Buenaventura fue bautizado como Juan, pero recibió el nombre de Buenaventura cuando se convirtió en franciscano a la edad de 22 años. Poco se sabe sobre su infancia, pero sí sabemos que sus padres fueron Giovanni di Fidanza y Maria Ritell. Parece que su padre era un médico y un hombre de medios. Mientras que San Francisco murió unos cinco años después del nacimiento del santo, se le atribuye la curación de Buenaventura cuando era niño de una enfermedad grave. La carrera docente de San Buenaventura se detuvo cuando los frailes lo eligieron para servir como su Ministro general. Sus 17 años de servicio no fueron fáciles, ya que la Orden se vio envuelta en conflictos por la interpretación de la pobreza. Algunos frailes incluso terminaron en una herejía diciendo que San Francisco y su comunidad estaban inaugurando la era del Espíritu Santo que reemplazaría a Jesús, la Iglesia y las Escrituras. Pero como era un hombre de oración y un buen administrador, San Buenaventura logró estructurar la Orden a través de una legislación efectiva. Pero lo que es más importante, ofreció a los frailes una espiritualidad organizada basada en la visión y las ideas de San Francisco. Siempre un franciscano de corazón y un escritor místico, Buenaventura logró unir los aspectos pastorales y prácticos de la vida con las doctrinas de la Iglesia. Por lo tanto, hay una calidez notable en sus enseñanzas y escritos que lo hacen muy atractivo. Poco antes de terminar su servicio como ministro general, el Papa Gregorio X lo creó cardenal y lo nombró obispo de Albano. Pero poco más de un año después, mientras participaba en el Segundo Concilio de Lyon, San Buenaventura murió repentinamente el 15 de julio de 1274. Existe la teoría de que fue envenenado. San Buenaventura dejó una Orden Franciscana estructurada y renovada y una obra que glorifica a su gran amor: Jesús. ------ FUENTE: www.franciscanmedia.org/saint-bonaventure/ TRADUCIDO POR GOOGLE TRANSLATOR
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San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia - Memoria litúrgica
Memoria de la inhumación de san Buenaventura, obispo de Albano, en Italia, y doctor de la Iglesia, celebérrimo por su doctrina, por la santidad de su vida y por las preclaras obras que realizó en favor de la Iglesia. Como ministro general rigió con gran prudencia la Orden de los Hermanos Menores, siendo siempre fiel al espíritu …More
San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia - Memoria litúrgica

Memoria de la inhumación de san Buenaventura, obispo de Albano, en Italia, y doctor de la Iglesia, celebérrimo por su doctrina, por la santidad de su vida y por las preclaras obras que realizó en favor de la Iglesia. Como ministro general rigió con gran prudencia la Orden de los Hermanos Menores, siendo siempre fiel al espíritu de san Francisco, y en sus numerosos escritos unió suma erudición y ardiente piedad. Cuando estaba prestando un gran servicio al II Concilio Ecuménico de Lyon, mereció pasar a la visión beatífica de Dios.

Santos Eutropio, Zósima y Bonosa, mártires

En Porto Romano (Fiumicino), santos Eutropio, Zósima y Bonosa, mártires.

San Félix de Tibiuca, obispo y mártir

En Cartago, en la vía llamada de los Escilitanos, en la basílica de Fausto, inhumación de san Félix, obispo de Tibiuca y mártir, que ante la orden del procurador Magniliano de que se arrojasen al fuego los libros de la Biblia, respondió que prefería ser abrasado él antes que quemar las Sagradas Escrituras, y por esta respuesta el procurador Anulino le atravesó con la espada.

Santos Catulino y compañeros, mártires

También en Cartago, conmemoración de los santos Catulino, diácono y mártir, alabado por san Agustín en un sermón al pueblo, y otros mártires, que reposan en la basílica de Fausto.

Santos Felipe y diez niños, mártires

En Alejandría, ciudad de Egipto, santos mártires Felipe y diez niños.

San Abudemio, mártir

En la isla de Ténedo, en el mar Egeo, ante la costa del Helesponto, san Abudemio, mártir.

San Jacobo de Nísibe, obispo

En Nísibe, en Mesopotamia, san Jacobo, primer obispo de esta ciudad, que intervino en el Concilio de Nicea y dirigió su rebaño en paz, alimentándolo espiritualmente y defendiéndolo con energía de los enemigos de la fe.

* San Plequelmo, obispo

Cerca de Roermond, en la ribera del Mosa, san Plequelmo, obispo, oriundo de Northumbría, que dedicó su vida a anunciar a muchos las riquezas de la fe en Cristo.

* San Gumberto, abad

En Ansbach, en Franconia, san Gumberto, abad, que fundó este monasterio en una casa de campo de su propiedad.

San José de Tesalónica, obispo y mártir

En Tesalia, tránsito de san José, obispo de Tesalónica, hermano de san Teodoro Studita, que durante su vida de monje compuso numerosos himnos y, promovido después al episcopado, pronto tuvo que sufrir muchas y ásperas dificultades por defender la disciplina eclesiástica y el culto de las sagradas imágenes, tras lo cual fue relegado al exilio en Tesalia, donde murió de hambre.

San Atanasio de Nápoles, obispo y confesor

En Nápoles, ciudad de la Campania, san Atanasio, obispo, quien, después de haber sufrido mucho por las insidias de su impío sobrino Sergio, fue expulsado de su sede episcopal y, sumido en las tribulaciones, voló al cielo en Véroli, país de los hérnicos.

San Vladimiro Basilio, rey

En Kiev, ciudad de Rusia, san Vladimiro, príncipe, bautizado con el nombre de Basilio, que se preocupó en propagar la fe ortodoxa entre los pueblos que gobernaba.

* Santos Ansuero y veintiocho compañeros, monjes y mártires

En Ratzeburg, de Schleswig-Hostein, en Germania, san Ansuero, abad y mártir, lapidado junto con otros veintiocho monjes de Wendes, por paganos contrarios a quienes predicaban el Evangelio.

* San David de Västeras, abad y obispo

En Västeras, en Suecia, san David, obispo, el cual, originario de Inglaterra, después de abrazar la vida de monje cluniacense fue a predicar la fe cristiana a los suecos y, ya anciano, murió piadosamente en el monasterio que él mismo había fundado.

Beato Ceslas, religioso presbítero (3 coms.)

En Breslau, en Silesia, beato Ceslas, uno de los primeros presbíteros de la Orden de Predicadores que trabajó por el reino de Dios en Silesia y en otras regiones cercanas.

Beato Bernardo de Baden, laico

En Montcallier, pueblo del Piamonte, beato Bernardo, marqués de Baden, a quien le sorprendió la muerte mientras se dirigía a Oriente para defender a la población cristiana, después de la conquista de Constantinopla por los enemigos.

Beatos Ignacio de Acevedo y treinta y ocho compañeros, religiosos mártires

Pasión de los mártires beatos Ignacio de Acevedo, presbítero, y treinta y ocho compañeros religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús, que cuando se dirigían a las misiones del Brasil en una nave llamada «San Jacobo», fueron asaltados por piratas y, en odio a la religión católica, traspasados todos ellos con espadas y lanzas. Sus nombres son: Diego de Andrade, presbítero; Gonzalo Henriques, diácono; Antonio Soares, Benito de Castro, Juan Fernandes, Manuel Álvares, Francisco Álvares, Juan de Mayorga, Esteban de Zudaire, Alfonso de Baena, Domingo Fernandes, otro Juan Fernandes, Alejo Delgado, Luis Correia, Manuel Rodrigues, Simón Lopes, Manuel Fernandes, Álvaro Mendes, Pedro Nunes, Luis Rodrigues, Francisco de Magalhaes, Nicolás Dinis, Gaspar Álvares, Blas Ribeiro, Antonio Fernandes, Manuel Pacheco, Pedro de Fontoura, Andrés Gonçalves, Mauro Vaz, Diego Pires, Marco Caldeira, Antonio Correia, Fernando Sánchez, Gregorio Escribano, Francisco Pérez Godoy, Juan de Zafra, Juan de San Martín, religiosos, y Juan, que se unió a ellos.

San Pompilio María Pirrotti, religioso presbítero

En Campi Salentina, en la Apulia, san Pompilio María Pirrotti, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, célebre por la austeridad de su vida.

Beato Miguel Bernardo Marchand, presbítero y mártir

En el mar, ante la costa de Rochefort, beato Miguel Bernardo Marchand, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa fue encarcelado en Rouen por ser sacerdote, siendo trasladado después a una vieja nave, en la que enfermó y murió.

San Pedro Nguyen Bá Tuân, presbítero y mártir

En la ciudad de Nam Dinh, en Tonkín, san Pedro Nguyen Bá Tuân, presbítero y mártir, que, en tiempo del emperador Minh Mang, fue encarcelado por ser cristiano y falleció de hambre en prisión.

Beata Ana María Javouhey, virgen y fundadora

En París, en Francia, beata Ana María Javouhey, virgen, fundadora de la Congregación de Religiosas Misioneras de San José de Cluny, dedicadas al cuidado de enfermos y a la instrucción cristiana de la juventud femenina, obra que la beata consiguió difundir también en tierras de misión.

San Andrés Nguyên Kim Thông Nam, catequista mártir

En la provincia de My Tho, en Cochinchina, actualmente Vietnam, san Andrés Nguyên Kim Thông Nam (Nam Thuông), mártir, el cual, en tiempo del emperador Tu Duc, por ser catequista fue primero encarcelado y después desterrado, obligándole a caminar hacia el exilio encadenado y cargado con un madero, por lo que murió durante el viaje como auténtico mártir.

Beato Antonio Beszta-Borowski, presbítero y mártir

En el pueblo de Bielsk Podlaski, en Polonia, beato Antonio Beszta-Borowski, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra fue hecho prisionero por los enemigos de la fe y descansó en la paz de Cristo tras ser fusilado.
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El Santo del día. Gracias
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