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La ternura del rostro de Dios. En la mañana del 1° de enero de 2010, Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y Jornada Mundial de la Paz, Benedicto XVI presidió la Celebración Eucarística en la …Más
La ternura del rostro de Dios.

En la mañana del 1° de enero de 2010, Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y Jornada Mundial de la Paz, Benedicto XVI presidió la Celebración Eucarística en la Basílica de San Pedro en presencia de muchos fieles.
En su homilía el Santo Padre se fijó en el rostro de Dios y el rostro de los hombres, y dijo que “toda la narración bíblica se puede leer como progresivo descubrimiento del rostro de Dios, hasta llegar a su plena manifestación en Jesucristo”. Y después ofreció una imagen sugestiva:

“Entre las numerosas tipologías de iconos de la Virgen María en la tradición bizantina, está la “de la ternura”, que representa al Niño Jesús con la cara apoyada – mejilla con mejilla – a la de la Madre. El Niño mira a la Madre, y Ella nos mira a nosotros, como reflejando a quien observa y reza, la ternura de Dios, que ha bajado en Ella del Cielo y se ha encarnado en Aquel Hijo del hombre que lleva en sus brazos. En este icono mariano podemos contemplar algo de Dios mismo: una señal de amor inefable que lo ha llevado a “dar a su hijo unigénito” (Jn 3,16). Pero este mismo icono nos enseña también, en María, el rostro de la Iglesia, que refleja sobre nosotros y sobre el mundo entero la luz de Cristo, la Iglesia mediante la cual llega a cada hombre la buena noticia: “Ya no eres más esclavo, sino hijo” (Gal 4,7) -como se lee en san Pablo”.